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BARRET |
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El
fugaz paso de Roger Waters por Sevilla en octubre de 1999 ofreció dos
respuestas chocantes a la pregunta "¿A qué dedica el tiempo libre?".
Hizo noche en un hotel de la capital andaluza porque había estado cazando
pájaros en el coto que un amigo suyo tiene en Andalucía, y también
porque se dirigía al campo de golf que otro conocido regenta en la misma
comunidad autónoma.
¿Uno de los contados intelectuales de la música popular disfruta
con la caza?
"Ya sé que no es una afición políticamente correcta ´contesta´,
pero me gusta y me relaja".
El golf no debe tener secretos para un miembro británico
hasta la médula de la aristocracia del rock:
"No se me da del todo mal. Tengo un hándicap 12".
Waters ha rechazado sucesivas invitaciones de David Gilmour, Nick Mason
y Richard Wright para participar en conciertos de los Pink Floyd actuales.
Tampoco parece que la próxima publicación del disco doble
Is there anybody out there? The wad live 1980 - 1981 (una antología
de canciones gravadas en directo durante la microgira de The Wall y
editada para conmemorar el 20º aniversario del proyecto que destruyó
a Pink Floyd)vaya a propiciar el reencuentro de Waters con sus antiguos
compañeros: |
Entrada del primer concierto con "The Wall" -Los Angeles 1980- |
Craso error recordarle a Waters que Gilmour, Mason y Wright opinan lo contrario
y, en consecuencia, editan discos y actúan bajo ese nombre. A punto
está la ira de vencer a la educación.
"Eso es una farsa ´brama Waters´.
¿Alguien concibe la idea de que los Beatles se reformen faltando
John Lenon? Pink Floyd se acabó cuando yo decidí abandonar el
grupo y expresé mi opinión de que había llegado el final.
Ellos siguieron adelante con el nombre de la banda para sacarle partido, porque
son incapaces de crear algo por sí solos. Cojamos a David Gilmour,
que está considerado el más talentoso de los tres. Es un músico
excelente, tocará muy bien lo que tú le digas que toque, pero
no es un creador. Hubo un sector de fans que se indignó cuando decidimos
continuar sin Sid Barrett. No compartí su opinión pero la entendí,
porque Syd había marcado la pauta en los primeros Pink Floyd. Las circunstancias
forzaron su salida del grupo y nosotros demostramos nuestra valía.
Por el contra, el tiempo ha demostrado que los que ahora usan el nombre de
Pink Floyd fueron poco más que mi instrumento.
Ya que lo ha mencionado, queremos saber si mantiene algún contacto con
Syd Barret:
"Sé que vive en Cambridge, en casa de su difunta madre. Y que se deprime
enormemente cuando algún insensato le recuerda los años 60, la
psicodelia y Pink Floyd. Syd padece esquizofrenia. Que se haya convertido en
un personaje objeto de un cierto culto no hace más que poner de manifiesto
lo enfermos que están algunos fans. El mejor favor que se le puede hacer
a Syd es dejarle tranquilo".
Las ventas masivas de Dark side of the moon y The wall aún maravillan
a Waters. No en vano fueron álbumes en los que expresó sentimientos
íntimos. La sorpresa fue que eran compartidos por millones de personas.
"Los símbolos empleados en esos discos no eran difíciles de comprender,
pero así y todo todavía me deja perplejo que tanta gente se identificara
y se identifique con lo que yo quería expresar
´afirma el músico´.
La conexión entre artista y público es casi un milagro, un fenómeno
sobrenatural. Era un lugar común decir que Pink Floyd hacía
música intelectual, música para el cerebro, lo cual me parece
una soberana tontería. Mi intención siempre ha sido componer
para el espíritu de la gente, que al fin de cuantas es la misión
del arte. Y diría que las ventas de Dark side of the moon y The
wall indican que lo conseguí. Aunque también me temo que
muchos entendieron esos trabajos de forma equivocada. No puedes luchar
contra eso. El receptor es quien decide en última instancia el
significado del arte".
Y durante la primera mitad de los años 70 los aficionados del
rock progresivo decidieron que los discos de Pink Floyd eran la banda
sonora ideal para tomar drogas y practicar el sexo. El primer uso entra
en conflicto con la nula relación que Waters declara haber tenido
con la cultura de la droga durante las eras hippy y posthippy.
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Waters, sin embargo, no tiene noticia del trabajo de los
grupos actuales que se declaran sus herederos. La ópera ocupa buena parte
del tiempo que dedica a escuchar música, aunque siempre hay un hueco
para su admirada Joni Mitchel. Waters hizo una gira por Estados Unidos
el verano pasado. Fue su retorno a la carretera con todas las de la ley
desde el tour de presentación de su disco en solitario Radio KAOS (1988).
Para el año en curso, tiene previsto recorrer Europa y editar un disco
con la guerra de Kosovo como eje central.
Roger Waters: "'The Wall' atraviesa las generaciones"
En
Francia, donde se encuentra terminando una ópera, el ex líder
de Pink Floyd conversó con "Wikén" a propósito del vigésimo
aniversario del lanzamiento del clásico álbum y del proyecto de
publicación de material en vivo inédito de la banda. "Será
como un documento
histórico", cree el músico,
quien no habla con sus ex compañeros de grupo desde hace más de
diez años.
El
otoño parisino dejaba caer sus intermitentes lluvias, cuando en el salón
Marly, del elegantísimo "Hotel de Crillón", Roger Waters recibía
con tranquilidad a la prensa internacional como parte de su contribución
al vigésimo aniversario de uno de los discos más famosos de la
historia. Pero nada más. El mismo reconocería, más tarde,
que
"no tengo nada que ver con la decisión de este lanzamiento".
El músico se refiere a una versión
en vivo de "The wall", trabajo originalmente publicado en 1979 como una ópera
rock en formato doble y en la que Roger Waters compartía con el mundo
la paranoia de una estrella de rock como él, atribulado por fantasmas
de su niñez y las exigencias de su fama.
Gracias a canciones como "Confortably numb", "Mother" y, especialmente, "Another brick in the wall. Pt. 2", Pink Floyd alcanzó audienciashasta entonces insospechadas, ubicando al grupo durante 15 semanas en el tope del ranking de ventas estadounidense. "Is there anybody out there? The wall live" será el título del disco que aparecerá el 7 de febrero próximo, a exactos veinte años de la primera presentación en vivo del álbum, en Los Angeles. El lanzamiento había sido anunciado en un principio para diciembre, pero diversas exigencias técnicas retrasaron su salida. La placa contendrá registros de shows realizados por Pink Floyd durante 1980 y 1981, que fueron grabados pensando en su inclusión en la película homónima que en 1982 estrenó Alan Parker. Se trata de material que nunca fue utilizado y que no había sido mostrado hasta ahora. Las cintas debieron ser remezcladas por el ingeniero James Guthrie, el mismo que trabajó en el clásico álbum. "Me ha estado mandando las mezclas para que le dé mi opinión en la medida en que va avanzando", cuenta Roger Waters. "Ya he recibido las primeras y suenan bien". |
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-
¿Ha retomado algún tipo de relación con los demás
miembros de Pink Floyd a propósito de este proyecto?
"No".
-
¿Y hay alguna posibilidad de que vuelva a realizar algo junto a Pink
Floyd?
"No".
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¿Pero mantiene contacto con Gilmour o los otros integrantes del grupo?
"No".
Si
Waters parece escueto es porque habla desde una posición, en rigor,
ajena a Pink Floyd. Una creciente rivalidad personal y artística culminó,
en 1986, con el bajista demandando judicialmente a sus compañeros de
entonces - el guitarrista Dave Gilmour y el baterista Nick Manson- para acabar
con su alianza profesional e impedir que éstos se quedasen con el nombre
del grupo.
Waters perdió y sus antiguos aliados - junto al reincorporado
tecladista Rick Wright- mantienen hasta hoy a Pink Floyd funcionando como
un gran mastodonte rockero con esporádicos golpes comerciales, como
"Momentary lapse of reason" (1987) y "The division bell" (1994).
- ¿Cuál es, a su juicio, la marca que ha dejado "The
wall" a través de las generaciones?
"Pienso que las ideas de la obra unen a personas de todas
las edades. Las cargas sicológicas son las mismas, no han cambiado
en estos últimos veinte años. Pienso que "The wall" atraviesa
las generaciones y por eso siempre está renovando su público".
-
¿Se esperaba el éxito de "The wall" al concebirlo?
"Sí".
-
¿No lo sorprendió?
"No. También pensé lo mismo con "The dark
side of the moon"", dice Waters
refiriéndose al disco que Pink Floyd publicó en 1973 y que les
abrió las puertas
del mercado norteamericano.
-
Mucha gente recuerda a "The wall" como un símbolo del rock progresivo.
¿Tenía usted la noción de estar incursionando en un terreno
desconocido en los conceptos del disco?
"Sí", dice Waters, quien no sólo compuso,
sino también co-produjo e interpretó la guitarra, el bajo y
la voz en todo el disco. "Logré expresar con mayor coherencia algo
que ya había estado trabajando en discos anteriores: temas más
largos, un conjunto de ideas para crear un todo. Eso que se convirtió
luego en lo que la gente entiende por un álbum conceptual".
-
En sus comienzos la banda fue muy psicodélica. ¿Se considera
como un precursor de la música electrónica actual?
"No tengo idea. Pienso que la tecnología siempre
ha forjado su camino, ya sea en formas digitales como ha sido el caso de la
música popular, o en los fotomontajes realizados por David Hockney.
A veces la tecnología puede ayudar, pero otras veces el trabajar con
máquinas puede hacer perder mucho tiempo".
En 1980, los conciertos de presentación de "The wall" marcaron un hito en la historia de los montajes musicales. Durante sus presentaciones, la banda comenzaba a ser rodeada por un muro real, que se iba levantando a medida que se sucedían las canciones del disco. "Era muy excitante. Un trabajo muy duro y satisfactorio", recuerda Waters.
-
¿Qué anécdotas recuerda de la grabación del disco?
"Todo fue muy rápido. Si yo necesitaba algún
elemento para el disco decía okey, enchufen aquí una tele, pongan
enfrente un micrófono y hagan andar la multitrack. Y cualquier cosa
que estuviera apareciendo en la televisión en ese momento quedaba registrada
para el disco. Nada se buscó de manera demasiado premeditada. En otras
ocasiones sacábamos un micrófono a la calle y grabábamos
el tráfico. Cosas así".
-
¿Cuánto se demoraron en realizar el disco?
"Trabajamos en Francia cerca de cuatro meses y luego
otros cuatro en Los Angeles, así es que tardamos alrededor de siete
u ocho meses".
-
¿Quién tuvo la idea de hacer la película?
"Bueno, yo siempre tuve la idea de hacer una película,
y luego lo discutimos con Alan Parker y Joe Scott. Alan Parker siempre tuvo
muy claro que no debía ser un filme en el que saliera la banda tocando,
sino una película narrativa, que usara la música como un hilo
conductor para contar la historia".
El
filme "The wall" se unirá al proyecto aniversario, relanzándose
en VHS y DVD con sonido remasterizado e imágenes no incluidas en la
versión original.
"No Quiero Escuchar el Disco"
Iniciado
oficialmente como solista en 1984, con el álbum "The pros and cons
of hitch hiking", Roger Waters se mantiene hasta hoy ocupado en diferentes
proyectos musicales. El más reciente es una ópera acerca de
la Revolución Francesa, que el músico inglés graba por
estos días en París y que espera publicar el año 2000.
"Además, en febrero entraré a estudio para
trabajar en un nuevo álbum pop, un disco con mis propias canciones",
adelanta. "El verano pasado hice una gira por Norteamérica en la que
toqué una de las nuevas composiciones, así que estoy muy entusiasmado
con la idea de hacer un nuevo trabajo".
-
¿Fue una decisión muy difícil para usted abandonar Pink
Floyd?
"Lo que pasó con Pink Floyd fue que desde "Dark
side of the moon" comenzamos a distanciarnos. En un momento u otro llegaría
el punto en el que ya no podría seguir trabajando con ellos. Yo estaba
componiendo cada vez más y ellos cada vez menos, así es que
no era una colaboración feliz. Eso es todo lo que se puede decir".
Waters
retomará el tema más tarde, para descartar los rumores que han
circulado en torno a una posible reunión con sus ex-compañeros
para conmemorar el relanzamiento de este nuevo proyecto.
""The wall" no se está presentando ahora y no
se va a presentar", confirma el
músico, quien montó por última vez su espectáculo
para celebrar la caída del Muro de Berlín, en 1990, y no proyecta
repetir la experiencia.
"Me pidieron volver a montarlo el próximo verano
en Norteamérica. Dijeron que sería un espectáculo gratuito,
para algo así como un millón de personas. Pensé bueno,
quizás. Pero luego, cuando quise saber quién pagaría
todo, me respondieron que conseguirían auspicios de empresas multinacionales.
Entonces dije no, muchas gracias".
-
Y acerca de esta nueva edición de "The wall", ¿piensa que es
algo nuevo, un aporte musical o sólo una operación de marketing?
"Creo que puede ser muy interesante para la gente que
fue seguidor de Pink Floyd y que le gustaría tener esta grabación.
Es como un documento histórico. Pero la motivación de sacar
este disco a la venta es claramente el dinero. Yo no tengo nada que ver con
eso. La decisión es de EMI y de mis antiguos colegas".
-
¿Y no tiene usted los derechos?
"No, por supuesto que no. Los derechos de esos discos
son del sello y la decisión de editarlo recae en la compañía
Pink Floyd Music Ltda., de la cual sólo tengo el 25 por ciento. Así
es que mi decisión carece siempre del peso suficiente".
-
¿No considera que vale la pena hacerlo?
"Yo no lo hubiera sacado a la venta. Pero eso no quiere
decir que me parezca una cosa mala. Es sólo que ni siquiera quiero
escucharlo. De cualquier forma, la decisión ya está tomada por
otros, así es que estoy dispuesto a hablar de ello porque es mi trabajo".
-
¿Ha planeado algo para el Año Nuevo?
"Sí. Estaré en casa con mi esposa, tomaremos champaña
y veremos los fuegos artificiales".
-
¿Qué piensa sobre el hecho de tener fans en todo el mundo?
"Me encanta que mi música se haya difundido. La única
nueva canción que toqué en mi anterior gira, "Each small candle",
comienza con un texto proveniente de Sudamérica, escrito por un hombre
que fue torturado, no sé si en Chile, Argentina o Nicaragua. Me lo
dio un periodista italiano y le puse música, pero le agregué
un texto
mío que dice cada pequeña vela ilumina un rincón de la
oscuridad. Trata sobre la idea de que la responsabilidad personal puede potenciar
acciones colectivas, en el sentido de que sólo podemos cambiarnos a
cada uno, pero que a través de cambios individuales sucede algo mágico.
De eso se trata mi nuevo disco".
-
¿Piensa ir a Chile en una próxima gira?
"No, no planeo ir a Chile".
-
¿Y le gustaría?
'Sí, me encantaría. ¿Es buena la pesca allá?".
-
Sí.
"Amo la pesca con mosca, siempre he querido ir a Sudamérica
a pescar. Lucas Bridges, un gran amigo de mi abuelo, a quien conocí
cuando era muy pequeño, escribió un libro llamado "The ultimate
part of the earth" sobre la exploración de la Tierra del Fuego, en
la Patagonia. Siempre he querido ir ahí".
E n
febrero de 1983, la revista "Rock Espezial", de Barcelona, publica un monográfico
dedicado a Pink Floyd en cuya portada aparece una figura lejanamente reconocible:
es casi un cuarentón Syd Barrett, fotografiado por primera vez desde
1971. El antiguo líder de Pink Floyd, sin embargo, manifiesta una capacidad
mental bajo mínimos, como explican en dicho reportaje los periodistas
Michka Assayas y Thomas Johnson. Debido a su interés testimonial, reproducimos
a continuación las líneas referentes al encuentro con Syd Barrett
en el portal de su casa:
Y
heme aquí delante de esta vieja cada de Cambridge, intentando no parecer
demasiado nervioso, mientras espero respuesta a mi golpe en la puerta. Nada.
Vuelvo a llamar. En el jardín, una anciana corta rosas. Una sombra se
perfila al fondo del pasillo y avanza lentamente hacia la puerta.
"Hola".
Estamos tan sorprendidos el uno como el otro y nuestras
dos voces se superponen.
"Te traigo esto, es tu ropa, ¿la recuerdas?".
(Nota: el autor se refiere a unas prendas que Barrett
dejó olvidadas en el apartamento de Londres en el que vivía hasta
hacía un mes).
"¡Oh, sí!" ¡de Chelsea! Sí..."
Es un hombre prematuramente envejecido, cansado.
Con los cabellos muy cortos, los trazos endurecidos, los brazos caídos.
Ha engordado. Su madre no me ha oído llegar, sigue en el jardín
trasero. De vez en cuando, Syd lanza una mirada furtiva hacia esa parte del
jardín.
Le
explico que llevo días buscándole, que estuve en Chelsea
y que allí me dieron la ropa para él. |
|
Habla
y reacciona como todos los desequilibrados, sometidos a largos tratamientos
psiquiátricos, que conozco.
Mirar parece haberse convertido en su única ocupación. No es
tan extraño que la televisión represente gran parte de su vida.
"¿Puedo tomarte una foto?.
"Sí, claro..."
Sonríe mientras disparo la cámara y poco
después...
"Ya basta. No me gusta que me vean... es penoso para mí... Adiós".
Mira fijamente el árbol que se alza delante de
la casa. Y no sé que decir. "Es bonito este árbol..."
"Sí, pero ya no... Lo han cortado hace poco... Antes me gustaba mucho..."
Desde el fondo de la casa se oye la voz de su madre.
Roger Barrett se gira hacia mí. Parece aterrorizado.
"Bien... A lo mejor nos volvemos a ver por Londres.
Adiós".
Volviendo me cruzo con el hippy iluminado, que se esconde
tras un periódico. Me siento angustiosamente vacío.
Todo ha terminado.
Texto transcríto de la revista Colección "Imagenes del Rock" Nº:37 dedica da a Pink Floyd y publicada en Junio de 1994
TV:
[...]Roger, ¿de dónde vino la idea?
RW:
Bueno, la idea de "The Wall" vino hace 10 años, durante una gira. Entre
los años 75 y 77 hacíamos giras muy largas, con mucho público,
parte del cual venía a vernos, pero otra parte venía sólo
por la cerveza, el ambiente... si a eso le añades que todo transcurría
en grandes estadios, reconocerás que puede resultar una experiencia
alienante. Me di cuenta de la existencia de un muro entre la audiencia y nosotros,
por eso comencé este disco así.
TV:
Pero sin embargo, la historia va un poco más allá ¿no?,
parece empezar con el inicio de la vida...
RW: Es que desde que la pensé hasta que la llevamos a
cabo, evolucionó un poco; aunque sigue teniendo la misma base: la historia
comienza durante un show ("In The Flesh"), y luego, con un flash-back, volvemos
a la infancia, para entender mejor su terrible historia.
TV:
Cuando dices "terrible", ¿quieres decir que no te gustaría haber
estado allí?
RW: Si bueno, realmente la historia de un direscto puede ser
terrible, cuando tienes miles de personas delante de ti apretujándose,
tirándose cosas, gritando...no te lo imaginas.
TV:
Ya veo.
RW: Bueno, son momentos maravillosos (...), pero también
tienen su lado menos agradable, desde luego son cosas que hacíamos
para ganar dinero.
TV:
Pero es que vosotros no podías tocar en sitios pequeños.
RW: Sí, la verdad es que aprovechábamos bien las
facilidades de los grandes estadios; si los llenas, ganas mucho más
dinero. Pero pienso que incluso para el público, resultan mejores los
pequeños conciertos, todo es más cercano, menos "a lo grande",
al fin y al cabo, sobre el escenario hay también personas, como tú
y como yo (de hecho yo estoy arriba).
TV:
Bueno, hablando ya propiamente del disco, ¿cuando lo grabasteis?
RW: Pues empezamos en abril y paramos hacia noviembre, fue muy
largo, hubo que reescribir muchas letras, y además queríamos
un resultado lo mejor posible.
TV:
La primera canción es "In The Flesh", ¿no? dime qué representa.
RW: Pretendía reflejar lo que me pasaba por la cabeza
durante la gira de "Wish You Were Here" y "Animals", sobre todo esta última,
que se llamó: "Pink Floyd In The Flesh".
TV:
Después llega "The Thin Ice" ("El Delgado Hielo").
RW: Sí, aquí empieza propiamente la historia de
nuestro personaje Pink; se escuchan bombas de fondo y algunos gritos, es,
en términos generales, un chico de mi generación. Le tocó
vivir la guerra de pequeño.
TV:
¿La guerra?, ¿te pasó a ti algo parecido?
RW: Sí,
a mi padre lo mataron en la guerra.
TV:
[...]Bueno, y después viene "Another Brick In The Wall (part I)", que
trata sobre eso, ¿no?
RW: Sí, trata sobre su padre "...daddy's flown across
the ocean...", sin embargo, no tiene porqué tratarse sólo del
padre que se va a la guerra. Mucha gente me dijo que se vio reflejada en Pink.
Hay gente que deja a su familia para irse a trabajar, la "abandona" en cierto
modo durante su niñez un día tras otro, hay mucha gente que
ha crecido sin la presencia de alguno de sus padres. Por tanto, esta canción
no va tanto del padre que matan cuando estás en colegio, sino de sentirte
abandonado.
TV:
"The Happiest Days Of Our Lives"... ¿fue tan terrible tu época
en el colegio?
RW: Um...mi colegio era así, era horrible. La relación
con los profesores era como con una pared, te hacían sentir como un
gusano, te convertían en una máquina de estudiar gramática
y otras cosas para que llegases "a ser alguien" y fueses a la universidad.
Te preparaban sólo para eso y frenaban la iniciativa personal que te
alejase un poco de eso.
TV:
Y ¿qué hay de "Mother"?, ¿cómo es esa madre?
RW: Super-protectora, como la mayoría de ellas. Si algo
se le puede reprochar a todas las madres es eso, que tienden a protejer excesivamente
a sus hijos. Durante demasiado tiempo. No es un retrato de mi madre, pero
encaja en bastantes aspectos. El otro día me llamó una señora
que era madre de 3 hijos y me dijo que era tal cual la describía, pero
que seguiría igual, que era su instinto.
TV:
Para que veas. Luego viene "Goodbye Blue Sky", ¿qué ocurre en
ese momento?
RW: La verdad es que nunca lo he tenido muy claro, pero siempre
pensé que era como un mirar hacia el cielo y pensar ¿qué
vendrá ahora?, ¿estoy preparado para el resto de mi vida?
TV:
Ya veo; con "Empty Spaces" es como si llegase el momento de ser adulto.
RW: Sí, se prepara para lo que viene, algunas ideas que
se tratan son más tangibles que otras, pero lo que viene a decir es
que tendrá más responsabilidades y se le pedirán cuentas.
TV:
Despues, con "Young Lust", ¿qué tratas de mostrar?
RW: Intento recordar a la gente su juventud, el ritmo de vida
que llevaban, como si la vida se acabase al día siguiente; actuar sin
tener en cuenta las consecuencias. Para mí siempre se ha parecido mucho
a "La Canción Del Nilo" que grabamos hace varios años, David
la cantaba fenomenal; viene a ser más o menos lo mismo. Vive rápido
y deja un bonito cadáver.
TV:
Y luego viene "One Of My Turns"
RW: Si, se da cuenta de que ya no tiene el "brío" de
la juventud, se ha casado, tiene más o menos una vida cómoda
pero siente que le falta algo. Es como si tuviera todo y nada al mismo tiempo.
¿Entiendes? Es un "yuppie" pero no puede hablar con su hija, por ejemplo;
lo que detestaba de sus padres lo está haciendo él con sus hijos,
entra como en un bache.
TV:
¿Es por eso lo de la siguiente canción "Don't Leave Me Now"
("No Me Dejes Ahora")?
RW: Sí, bueno, no del todo; es una canción muy
depresiva (y deprimente), pero me encanta. Piensa que se va a quedar solo
y eso le da miedo, recuerda los buenos momentos pasados parece, hace ya siglos.
Aunque su matrimonio no va bien, se aferra a él como tabla de salvación,
es una canción muy cínica, pero no te asustes, yo no pienso
así respecto del matrimonio.
TV:
Creí que estabas divorciado...
RW: Esto... bueno, sí, pero eso es una casualidad, no
es una canción autobiográfica.
TV:
Aunque hay muchos tramos que parecen serlo, tienen una carga emocional difícil
de crear si no se ha vivido, me parece a mí.
RW: ¿Qué te parece si hablamos de la siguiente
canción?
TV:
De acuerdo, "Another Brick In The Wall (Part III)", aquí dice algo
como que no necesita a nadie, es un poco confuso, se vuelve más reservado.
Además luego llega "Goodbye Cruel World".
RW: Bueno, lo que ocurre es que se ha acomodado en la soledad,
puede llegar a ocurrir, te acostumbras y luego lo ves normal, no habla a su
mujer ni amigos en particular, de hecho, es como un mensaje en una botella,
lo tiras al mar y que lo recoja el que quiera. Después, llega el final,
ya no puede más. Entra como en un estado catatónico y parece
despedirse del mundo, cuando ha tenido suficiente ha dicho basta [...], ha
acabado de construir el muro, en el concierto esto se entiende mejor.
TV:
Después comienza el segundo disco con una de mis canciones favoritas
"Hey You".
RW: Sí, quedó bastante bien. En estos momentos
Pink se encuentra en un motel, está solo y quiere reestablecer el contacto
con el mundo. Sigue al otro lado del muro, y aunque ha cambiado su disposición.
Lo que dejamos claro es que si te aislas, caes. Cuando quiere darse cuenta,
dice así: "...el muro demasiado alto...no hay forma de saltarlo y quedar
libre...serás pasto de los gusanos...". Es decir, llora implorando
ayuda pero es demasiado tarde.
TV:
Porque esta al otro lado del muro, ¿no?
RW: Sí, y porque está cantando solo. Sólo
pide ayuda a sí mismo. Es como si este partido lo jugase solo; él
se ha metido allí y él tiene que salir.
TV:
Cuando llega "Is There Anybody Out There?" me da la sensación que sabe
que necesita ayuda pero no sabe cómo conseguirla.
RW: Una parte de él busca ayuda, pero la otra no. Es
como si una parte mueve los brazos y la otra las piernas, así no hay
forma humana de hacer nada bien.
Con "Nobody Home" busca en su interior todo lo que tiene y se da cuenta de
que sólo posee bienes materiales, los valores importantes los ha perdido,
busca en su interior en qué momento cruzó la línea y
se empezó a distanciar. Esta canción es mi pèqueño
tributo dentro del disco a Syd Barrett.
TV:
Luego, con "Vera" y "Bring The Boys Back Home" ¿haces referencia a
la Segunda Guerra Mundial?
RW: Sí, es como decir "¡eh, cuidado con la guerra!,
que acaba con todo", por eso quiero traer de vuelta a los chicos, que vuelvan
del campo de batalla. No tiene sentido, tienen cosas más importantes
en la vida que hacer antes de luchar unos con otros. Para mí es la
pieza fundamental del disco. Algo parecido ocurre con Vera Lynn; cuando vuelve
de la guerra busca lo que tenía antes de irse, pero ya no hay nada,
se han ido. Incluso los que le dijeron que le esperarían, como Vera.
TV:
Y con ¿"Comfortably Numb"?
RW: En esa canción y la siguiente viene a decir que nada,
que hay que seguir adelante. No importa lo pasado. Una pequeña inyección
de moral y a seguir. Lo importante es seguir con la vida, con el concierto,
aún a riesgo de parecer algo rutinario. El público ha pagado.
Pase lo que pase "The Show Must Go On".
TV:
Pero es parece como una tiranía ¿no?
RW: Y en cierto modo así es, le obligan a seguir contra
su voluntad. Si por él fuera daría por concluido el concierto
y la gira. Pero eso nos ha pasado a todos. Una voz nos dice "déjalo
todo" y otra dice "adelante". Igual que en la canción "Run Like Hell".
TV:
Ahora viene "Waiting For The Worms", se habló ,mucho de estos gusanos,
¿qué representan?
RW: Es un poco el efecto de las drogas, te cubren la cara y
no te muestran la realidad tal y como es; los sentidos te engañan,
no estás seguro de nada. Quiere dejar el show, el concierto, pero no
puede, los gusanos le perforan el cráneo, como si te machacan con un
martillo. Está atontado, abocado a su destino, sólo puede dejarse
llevar, es más fácil que ir contra corriente. Pero aprovecho
la ocasión para recordar las vidas con las que han podido las drogas,
mi amigo Syd pensó que podría remontar el río y nadar
contra corriente cuando se lo propusiera... y no pudo, el río de las
drogas lleva mucha fuerza.
TV:
Después llega "The Trial" ("El Juicio"), ¿es llevado ante el
jurado contra su voluntad o sabe que tiene que ir y no se resiste?
RW: Bueno, él quiere irse a casa; pero tampoco rehuye
su deber, sabe que le pedirían cuentas por todo y que no puede negarse.
Durante el juicio, le vienen a la memoria momentos de su vida en los que tuvo
que elegir un camino u otro. Aparte, el jurado, los abogados, el juez... todos
ellos son personas con las que se encontró en su vida en algún
momento. De todas formas, el mensaje de esta canción y la siguiente
"Outside The Wall" es demasiado largo como para resumirlo en esta entrevista.
Te diré simplemente, que es un colofón majestuoso (hablo del
montaje en concierto) para la vida de Pink.
TV:
Ok, ya para acabar dinos Roger, ¿cuántas actuaciones haréis
el año que viene?
RW: Tres o cuatro en todo el mundo, no más. Es un montaje
demasiado grande como para hacer una gira. Sé que habrá mucha
gente que no pueda verlo, pero bueno, tenemos pensado hacer una película
en la que posiblemente se entienda todo mejor. La construcción del
muro físico y psicológico y su posterior destrucción.
Si tienes alguna entrevista que pueda
incluir en esta sección agradecería me la enviases a:
aportacionespfc@correo.de